Léon Louis Rostan (1790-1866)

Según Ackerknecht, Wunderlich decía que los estudiantes se amontonaban en sus cursos y que un estudiante de Zurich, Leonard von Muralt, señalaba que la enseñanza de Rostan era la única que se desarrollaba junto a la cama de los enfermos. Su servicio, junto con el de Chomel, era uno de los mejores. Las cualidades de Rostan para la enseñanza también fueron puestas de manifiesto por L. Dubois [1]. En Le Figaro del jueves 17 de mayo de 1827 se puede leer que numerosos estudiantes de medicina que seguían el curso de Rostan en la Salpêtrière, le otorgaron un medalla de oro para honrarle por su talento y carácter noble [2]. También hay un testimonio de Charcot en el que puso de relieve la calidad de sus clases y trabajos [3].

Igual que Pinel, uno de sus maestros, Rostan es considerado un sensualista, "las cosas las aprendemos por los sentidos", son fuente de nuestro conocimiento. Fue el típico representante de la escuela anatomoclínica de París. Trató de explicar los síntomas clínicos mediante lesiones orgánicas específicas.

Léon Louis Rostan

Léon Rostan nació en Saint-Maximin, departamento del Var, región de la Provenza-Alpes-Costa azul, el 16 de marzo de 1790. Sus padres pertenecían a la burguesía acomodada. Su tío, el abad Dastros, entonces gran vicario en Notre-Dame y después cardenal arzobispo de Tolouse, se preocupó por su formación [4].

Comenzó sus estudios en Marsella y después se marchó a París. Se acomodó primero en un pensionado de la plaza de la Estrapade. Estuvo en el liceo Napoléon donde conoció a Auguste-François Chomel (1788-1858) con quien forjó una amistad inquebrantable. En 1806 ingresó en la Facultad de Medicina. En 1809 fue interno en el servicio de cirugía de André Marie Lallemen (1750-1834) en la Salpêtrière y después en el de Pinel. Fue en esta etapa cuando conocidó al psiquiatra, también discípulo de Pinel, Guillaume Marie Ferrus (1784-1861) [5].

En el año 1812 Rostan defendió su tesis de doctorado Essai sur le charlatanisme bajo la presidencia de Pinel. En 1814 fue nombrado "inspecteur des élèves" en la Salpêtrière [6]. Mientras estuvo allí tuvo que hacer frente a una plétora de heridos y enfermos de tifus, especialmente de soldados austríacos y rusos. En apenas ocho meses tuvo que atender a unos dieciocho mil enfermos de tifus exantemático, enfermedad que también contrajo y que le llevó a una larga convalecencia. En 1818 fue nombrado médico de este establecimiento en el que abrió un curso de medicina clínica [7].

Durante este periodo publicó varios trabajos en el Nouveau journal de médecine, chirurgie, pharmacie, donde se aprecia su capacidad de observación precisa y sus interesantes explicaciones anatomopatológicas características de la escuela de París. En 1817 leyó en la Sociedad de la Escuela de Medicina una memoria sobre la cuestión "¿El asma de los viejos es una afección nerviosa?" Defiende y prueba mediante hechos que es consecuencia de una lesión orgánica y no una afección de tipo nervioso [8], lo que unos años más tarde destacó Charcot [9]. En 1818, "Mémoire sur la distinction des anévrismes du coeur en actifs et en passifs" con seis casos clínicos de mujeres entre los 65 y 82 años. Otro de sus trabajos es "Mémoire sur la ruptura du coeur" (1820) que se acompaña de cinco historias clínicas y describe lesiones como las calcificaciones de la aorta [10]. Otro se titula "Sur le moyen de distinguer l'asciti de l'hydropisie enkystée", en el que señala que podía reconocerse mediante percusión. En "Mémoire sur l'Isochronisme des pulsations artérielles", explica que se debe a una alteración del mismo tejido arterial y no a una pretendida alteración de la contractibilidad. Con Chomel publicó un trabajo, "Remarques sur quelques points du zona" en el que explican que las erupciones no sólo se presentan en el tronco sino que pueden hacerlo también en la cara, cuello o miembros [11].

En 1920 publicó "Recherches sur une maladie encore peu connue qui a reçu le nom de ramollissement du cerveau" [12] en el Nouveau journal de médecine, chirurgie, pharmacie, que contenía la descripción de treinta y un casos clínicos con sus correspondientes autopsias. Tres años más tarde, en 1823, aparecieron sus Recherches sur le ramollissement du cerveau, cuyas descripciones clínicas son, según Béhier, de una exactitud escrupulosa [13]. En su época se la consideró como la principal obra sobre esta enfermedad. Se trataba de una alteración frecuente en las personas mayores, por lo que pudo observarla y estudiarla en la Salpêtrière. Un día, cuando era interno, vio morir a un enfermo que presentaba todos los signos de apoplejía. El médico que le atendía diagnosticó una efusión o derrame sanguíneo. Sin embargo, realizada la autopsia, descubrió un resblandecimiento del cerebro, del que dijo "Cette altération toute nouvelle. Pour moi, dit-il quelque part, me frappa tellement, que mon attention se dirigea sur elle d'une manière à-peu-près exclusive". Algunos colegas le dijeron que se trataba de una apoplejía serosa o nerviosa, explicación que no aceptó.

Es de destacar la correlación de los datos de observación con los recogidos en las necropsias. Rostan sugiere que el ablandamiento cerebral podría ser causado por un suministro arterial defectuoso al cerebro. Cuando consideró la causa del ablandamiento, dijo que el cambio en el cerebro parecía ser una degeneración senil que mostraba simulitud con la gangrena de la vejez. Igual que en esta enfermedad, el ablandamiento cerebral parecía deberse a que los vasos que irrigaban la zona se desorganizaran y osificaran con la vejez.

También indicó que el ablandamiento cerebral podía limitarse a la corteza cerebral y que esta enfermedad se acompaña de pérdida de memoria, pérdida de movimiento voluntario, trastornos mentales, demencia senil y, por último, de un coma completo. Sabemos que Rudolf Virchow demostró que las trombosis y embolias eran causas frecuentes de obstrucción, produciendo isquemia. A Rostan se le debe la explicación de que la interrupción de la irrigación de los vasos al cerebro, y por tanto de su nutrición, suprimen la actividad cerebral. Esa obra también fue alabada por Charcot [14].

En 1822 publicó un Cours élémentaire d'hygiène, uno de los más completos de su época. Se reeditó en 1818. Hubo en esa generación varios médicos que publicaron sobre el tema, como François E. Fodéré (1764-1835), Étienne Tourtelle (1756-1801), Jean Noël Hallé (1754-1822), Julien-Joseph Virey (1775-1846), o Philippe Buchez (1796-1865), entre otros. Despreció algunos de los manuales existentes sobre la materia y señaló que había que reconstruir la higiene de una manera más fresca para que estuviera en armonía con el resto de las ramas de la medicina.

Para Rostan la higiene comprende el arte de preservar la salud e incluye el conocimiento de la estructura de la persona en estado de salud, de las funciones de sus órganos; qué influencias ejercen sobre los órganos sanos y, consecuentemente, sobre sus funciones, los diversos agentes que la naturaleza destina a cubrir nuestras necesidades. Así pues, la higiene estudia la influencia de los agentes externos [15]y considera una higiene pública y una individual. Divide su obra en tres grandes partes. La primera es una introducción en la que se ocupa de las definiciones, objetivos, medios e historia de la higiene. Comprende dos capítulos. El primero lo titula "Del organismo". El segundo incluye seis divisiones (modificaciones que aportan al organismo la predominancia de diversos aparatos; cambios que la edad aporta a la constitución; las diferencias que el sexo aporta a la constitución; idiosincrasias, simpatías y antipatías o gustos y repugnancias; cambios que los hábitos aportan al organismo; disposiciones hereditarias; y de la vida y su duración, de la muerte). Seis capítulos forman la segunda parte de la obra de Rostan: bromatología; climatología; medios higiénicos cuya influencia se ejerce sobre las exhalaciones, secreciones y excreciones; medios que influyen sobre el encéfalo, sus dependencias y sus funciones; gimnástica; y de los agentes higiénicos que ejercen su influencia sobre el aparato de generación. Igualmente seis capítulos integran la tercera parte: reglas higiénicas relativas a las constituciones; reglas higiénicas en función de las edades; reglas higiénicas en función del sexo; reglas higiénicas en función de las idiosincrasias, gustos o repugnancias individuales; reglas higiénicas relativas a los hábitos, profesiones, etc.; y reglas higiénicas relativas a la disposición hereditaria.

Hacia 1812 el movimiento en torno al magnetismo animal se encontraba en pleno desarrollo. Se organizaban cursos, conferencias y demostraciones públicas con frecuencia. Al mismo se acercaron numerosos médicos, muchos de ellos de gran prestigio, para verificar sus principios y eficacia. En 1820 se iniciaron experiencias en los hospitales de París. En la Salpêtrière lo hicieron dos médicos, Etienne-Jean Georget (1795-1828) [16] y el propio Rostan. El primero dedicó un capítulo al magnetismo en su tratado de Physiologie du système nerveaux (1821) donde se mostraba partidario de un estudio serio sobre los fenómenos magnéticos. En cambio, Rostan defendió los hechos propagados por los magnetizadores en un artículo ("Du Magnetisme animal") del Dictionnaire de Médecine (1825) que tuvo mucho impacto sobre los médicos [17].

En 1826 publicó su Traité élémentaire de diagnostic, de pronostic, d'indications thérapeutiques, ou cours de médecine clinique. En el mismo Rostan quiere fundamentar la medicina sobre la anatomía patológica y la fisiopatología. Él habla de "medicina orgánica", la que, fundamentada sobre bases sólidas, lleva a poder establecer un diagnóstico preciso [18]. Rechaza el vitalismo. En los prolegómenos de su obra (segunda edición de 1830) dice que se opone a las doctrinas fisiológicas con otra cuyos principios son: "1) No hay en el hombre vivo mas que órganos en ejercicio. 2) Todos nuestros órganos pueden afectarse primitivamente con independencia unos de otros, sin que tampoco sea necesario que uno de ellos se halle siempre afecto primitiva ni consecutivamente. 3) Formando los fluidos gran parte de nuestra organización no están exentos de enfermedades. Pueden alterarse primitivamente, pecar por exceso o defecto, o pervertirse en su composición. 4) Es imposible que exista una sola afección, y siempre la misma. Las enfermedades a que la especie humana está expuesta, varían tanto por su naturaleza como por su asiento. 5) Se necesita cierto grado de fuerza para la resolución de las enfermedades. 6) No es posible que el mismo tratamiento convenga exclusivamente en todas circunstancias: no solo deberá variar en grado sino ser algunas veces opuesto" [19]. Este es el sistema que se conoce como "medicina orgánica".

Como bien explica Rostan, este planteamiento desecha las llamadas propiedades vitales por quiméricas. Pretende rechazar "los seres metafísicos, hijos de la imaginación de nuestros antepasados". En definitiva –dice– "… toda la medicina consiste en el diagnóstico. El pronóstico, las indicaciones terapéuticas, todo es consecuencia de este principio enteramente ajeno a la medicina fisiológica" [20]. Defiende Rostan que los fluidos pueden también alterarse como pensaba Chomel.

Para Rostan el médico debe considerar en el cuerpo humano órganos y funciones; éstas son efectos de aquéllos. Si los órganos y funciones dejan de estar en estado normal, el individuo se encontrará en estado patológico. Así, por tanto, "Anatomía y fisiología del estado de salud, anatomía y fisiología del estado de enfermedad: he aquí toda la medicina"… "siempre que una función está alterada de cierto modo, debe haber afección en el órgano encargado de su ejercicio, o en alguna de sus partes constituyentes, entre las cuales… comprendemos los fluidos" [21].

En 1831 Rostan se presentó al concurso para ocupar la cátedra de clínica médica, que entonces ganó Jean-Baptiste Bouillaud (1796-1881). En 1833 se presentó de nuevo y esta vez ganó. Su tesis para este concurso llevaba el título Jusqu'à quel point l'anatomie pathologique peut-elle éclairer la thérapeutique des maladies? El día 23 de julio de ese mismo año fue nombrado profesor de clínica médica en el Hôtel-Dieu. Allí estuvo durante veinte años a excepción de un tiempo en el hospital clínico que comprendía entonces tres servicios, quirúrgico, médico y de partos. En los años de 1859 y 1860 fue sustituido por Alexandre Axenfeld (1825-1876) y en 1863 por Joseph Marie Parrot (1829-1883) y Pierre Carl Édouard Potain (1825-1901) [22].

En el momento de la Revolución francesa de 1848, Rostan aplaudió la caída de Luis Felipe I, y tomó la causa de la Segunda República. Sintió la necesidad de dedicar la introducción de una de sus lecciones al tema y, terminando, instó a sus jóvenes oyentes a dar todo su apoyo para "encontrarla, apoyarla, perpetuarla". Más tarde, a finales de 1851, aceptó el Segundo Imperio.

En 1864 pasó a ser profesor honorario después de que dimitiera por razones de salud. Fue adjunto residente de la Academia de medicina, sección de medicina, desde 1823, y titular, sección de patología médica, desde 1835. Fue presidente de esta institución en 1854. Dimitió por razones de salud en 1861. Fue condecorado con la orden de oficial de la Legión de honor.

También perteneció a la Real Academia de Medicina de Marsella, a la Sociedad médica de Lexington, y a la Academia Imperial de Wilma, entre otras sociedades. Fue uno de los fundadores de la Société médicale des hòpitaux.

Una vez jubilado de toda actividad, se retiró a su casa de Vaucelles-et-Beffecourt en el Aisne. Murió en su domicilio de París de la calle Saints-Pères tras una larga enfermedad, el 4 de octubre de 1866 siendo enterrado en el cementerio de Montmartre [23].

Poseía una gran colección de más de 2.000 especies de conchas de fauna marina y de agua dulce que su hija Louise Rostan legó al Museo departamental de los Altos Alpes tras su muerte en 1903 [24].

José L. Fresquet Febrer, Universitat de València, diciembre de 2018.

 

Bibliografía

–Béclard, J. (1867). Eloge de M. Rostan. L'Abeille medicale. Nº 52, 30 décembre 1867, p. 437-440.

–Béhier, L.F.J. (1867). Éloge de le professeur Rostan prononc-e par... Séance du 14 août 1867 de la Faculté de médecine de Paris. Paris, Imp. A. Parent

–Bouchardat (1866). Obsèques de M. le docteur Rostan. France Médicale, vol. 13(82), pp. 646-647.

–Boyer, L. (1866). Obsèques de M. le docteur Rostan. Discours de le docteur Lucien Boyer. France Médicale, vol. 13(81), pp. 640-641.

–Charcot, J.M. (1874). Leçons cliniques sur les maladies des viellards et les maladies chroniques. Paris, Delahaye. pp. 4-5.

–Dubois, L. (1844). Le Biographe universel: revue générale biographique et littéraire… sus la direction de M. E. Pascallet- Vol. 7. Paris, au bureau de la Revue Générale biographique et littéraire, pp. 213-233.

–Grmek, M.D. ; Rousseau, A. (1966). L'oeuvre cardiologique de Léon Rostan. Revue d'histoire des sciences et de leurs applications, vol 19(1), pp. 29-52.

–Huguet, F. (1991). Les professeurs de la faculté de médecine de Paris. Dictionnaire biographique 1794-1939. Paris, Institut National de Recherche Pédagogique-Éditions du CNRS.

–Monnebet (1866). Obsèques de M. le docteur Rostan. France Médicale, vol. 13(81), pp. 638-640.

–Morales Meseguer, J.M. (1973). El 'magnetismo animal'. En Pedro Laín (dir). Historia universal de la medicina. Barcelona, Salvat, vol. 5, pp. 109-117.

–Needham, J. (Ed.). (1971). The Chemistry of Life. Lectures on the History of Biochemiestry. Cambridge, Cambridge University Press.

–Vigla (1866). Obsèques de M. le docteur Rostan. Discours de M. le docteur Vigla. France Médicale, vol. 13(82), pp. 647-650.

Notas

[1]. Dubois, L. (1844), p. 214-215
[2]. Le Figaro, jueves 17 de mayo de 1827, p. 480
[3]. Charcot, J.M. (1874), pp. 4-5
[4]. Béhier, L.F.J. (1867), p. 4
[5]. Huguet, F. (1991), p. 369-370
[6]. Dubois, L. (1844), p. 213
[7]. Grmek, M.D. ; Rousseau, A. (1966), p. 36
[8]. Dubois, L.(1844), p. 230. Véase Rostan, L. (1818)
[9]. Charcot, J.M. (1874), pp. 4-5. Véase el estudio de este trabajo de Grmek, M.D. ; Rousseau, A. (1966), 45-52
[10]. Rostan, L.L. (1820)
[11]. Dubois, L. (1884), p. 230
[12]. Rostan, L.L. (1820)
[13]. Béhier, L.F.J. (1867), p. 9
[14]. Charcot, J.M. (1874), pp. 4-5
[15]. Rostan, L.L. (1822), p. 1-2
[16]. Georget, E.J. (1821). Physiologie du système nerveaux, 2 vols., Paris
[17]. Morales Meseguer, J.M. (1973), pp.112-113. Publicación independiente: Rostan, L.L. (1825)
[18]. Vigla (1866), p. 648
[19]. Edición de 1830, vol. 1, pp. VI-VII
[20]. Edición de 1830, vol. 1, p. VIII
[21]. Edición de 1830, vol. 1, p. VIII
[22]. Huguet, F. (1991), p. 424
[23]. Grmek, M.D. ; Rousseau, A. (1966), p. 38
[24]. Martin, D. Collection Rostan. Bulletin de la Société d'Études des Hautes-Alpes, año 23, tercera serie, nº 9, primer trimestre de 1904, p. 143-145.